Imagínate cómo serías HOY si en tu infancia en vez de haber oído hasta el hartazgo frases como ‘cállate, no exageres, no llores, no es para tanto…’ -y similares- hubieras recibido las herramientas necesarias para una correcta gestión emocional.
Y por ‘correcta’ me refiero a un modo para canalizar, integrar y asimilar distintas situaciones -con sus correspondientes emociones- de forma consciente y completa.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
A la mayoría nos han educado en la represión emocional y en el cumplimiento de unas pautas poco tolerantes con la sensibilidad, inocencia y vulnerabilidad de un niñx, así que no es de extrañar, que a día de hoy, esxs niñxs convertidxs en adultxs sigamos repitiendo ese patrón conductual sin saber, que no es el único camino y que existen otras vías. Maneras distintas de relacionarse con las emociones propias y que nos permiten, en este proceso de reeducación, des-cubrir esas corazas que ni tan siquiera sabíamos que existían.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
A mí me pasó, y tras esas corazas, comencé a ver mi propios bloqueos emocionales. Bloqueos asociados a momentos puntuales de un tiempo pasado pero que en su presente definieron ciertos rasgos de mi comportamiento y mi personalidad. Bloqueos que -en su mayoría- se originaron en la niñez, se reafirmaron (por repetición) en la adolescencia y se han empezado a manifestar -físicamente- con la edad adulta.
La consecuencia…
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Somos adultos adulterados.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Y en esta adulteración, los bloqueos emocionales se han transformado en bloqueos energéticos. Puntos de fuga de nuestra energía que nos drenan de a poquito la vitalidad, nos hacen enfermar (física o mentalmente) y nos impiden vivir una vida plena.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Por si te interesa, he escrito algo sobre el tema. Va de comprender el impacto de esos bloqueos energéticos en el cuerpo, y de cómo ponerle freno a esa rueda :)
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Para leer el artículo al que hago referencia, haz clic AQUI ❤️