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EL FACTOR SUERTE

Durante años creí en la suerte, particularmente en la mía, que por lo general iba a rachas. 
Yo distinguía entre la buena y la mala y c’est fini pero mira tú por donde resultó que la cosa no era así, que la escisión era previa y la distinción pasaba por saber discernir, entre la suerte azarosa y la suerte creada. La primera responde a los típico-tópicos de la lotería y el camión y la segunda no. La segunda es la que uno se trabaja, la que solemos olvidar generar, mientras nos dedicamos a ‘buscarla’.
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Hace 4 años, la primera vez que vine a Córdoba, una mano amiga me hizo ver ALGO:
Cuando percibimos la vida en ‘modo suerte’, inconscientemente nos colocamos a nosotros mismos en una posición irreal de víctimas, de NO poder. Desde esa posición solemos sentirnos im-potentes e in-capaces. Hacemos realidad el ‘no puedo’ en sus dos vertientes. No nos damos cuenta que al pensar que la vida es fruto del azar y que todo pasa casualmente, le quitamos el sentido a la Vida en sí, y que así es como tácitamente justificamos nuestra tendencia a huir. La mayoría de personas huimos, sin tan siquiera saberlo, de la responsabilidad de hacernos cargo de nuestra propia existencia y por eso mismo, para quitarle hierro al asunto es que tiramos de nuestro propio invento, la Suerte.
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No sé para ti, pero para mí, sortudo no es el que se gana el Euromillón ni gafe el que ‘hace’ que un equipo pierda, sino que EL FACTOR SUERTE está ahí, a merced de quienes Saben Utilizar Efectivamente sus Recursos para Tener Éxito (otro día hablamos del éxito) y siendo conscientes de ello, no solo lo hacen, sino que también la reparten y comparten para que se extienda, porque de nada sirve que yo tenga suerte si no puedo compartirla con quienes me rodean. ¿Es o no es así?
#luckyme

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