EL ALGORITMO TITIRITERO
No sé tú, pero yo no. O mejor dicho, YA NO. Ese es el aprendizaje que he ido integrando en este año y medio de andadura salvaje tras el cierre de mi proyecto anterior.
Verás, yo era de las que creía a pies juntillas -y a publicación diaria- lo que los gurús del marketing repiten a cada palabra: para crecer hay que estar.
Tan veraz como falaz. Y tan sí, como no. Pero como sea, ahí estaba yo. Hasta que llegó la enfermedad, el mundo se vino abajo y tocó volver a empezar.
Gracias a esta de/reconstrucción -hermosa y complicada- he podido ver que la mayoría de pensamientos, patrones y creencias que forman parte de nuestro inconsciente colectivo digital NO tienen ni sentido, ni razón de ser.
Con esto, vengo a decirTe (y a recordarMe) que,
NO necesitamos publicar constantemente, ni tan siquiera cada día. Ni tampoco estar compartiendo, aumentando el engagement o generando contenido para lxs demás.
En serio, no es necesario.
Las redes nos roban el tiempo y las ganas. Son el agujero negro de la energía desperdiciada así que por favor, démonos cuenta, no vamos a hacer más clientes ni vamos a ampliar nuestro negocio ni vamos a ganar más pasta por pasar más horas moviéndonos bajos los hilos del algoritmo titiritero que dicta el destino de nuestras vidas 2.0
Mejor dedicar ese tiempo y esa energía a observarnos, a descansar, a nutrirnos y a experimentar, pero sobre todo, a ser coherentes con lo que nos dice el cuerpo, no la mente.
La mente siempre busca motivos y excusas para no desconectar de lo superfluo y seguir haciendo más y más hasta llegar al agotamiento, pero el cuerpo no.
El cuerpo es sabio y sabe que la valía y el reconocimiento de cada una no están en los likes, ni en los seguidores, ni tampoco en nuestras fotos o nuestros textos. Ahí solo es aspaviento externo, por eso, para mí,
lo de que ‘para crecer hay que estar’ creo que lo hemos entendido mal.
La frase es cierta, pero el contexto es irreal.
Queridas, se crece viviendo, no publicando en una red social. 🔥