A todos nos gusta el placer, somos seres hedonistas. Tan es así que no son pocos los que se pierden en esa jungla y se animalizan. Según la RAE, el placer es ese goce o disfrute que, más allá de lo físico también puede ser espiritual. Según un gran sabio el placer es animal; la felicidad es humana y la dicha, divina. Y según yo misma, (ecléctica y escéptica) creo/veo que hay unos hábitos muy placenteros que te acercan a esa dicha tan íntima.
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Yo, y seguramente también tú, les llamo Placeres para el Alma y hay muchos y de mil tipos.
Son placeres que nos nutren, nos miman, nos hacen estar en contacto con lo más íntimo de nuestro propio Ser. Son alimento para el espíritu.Y lo sabemos.
En el fondo de nosotrxs lo sabemos, pero la domesticación tiene su peso y así es como inconscientemente -y por su ignorancia consecuente- preferimos el bien-tener al bien-estar, porque simplemente, no comprendemos que los Placeres del Cuerpo son una espada de doble filo, por un lado, cuanto más deseas y necesitas, más vacío y hueco te experimentas. Y por el otro, cuanto más tienes, más temes que te lo quiten o que lo pierdas.
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Todavía no hemos comprendido que sexo, dinero, poder o comida NO nos proporcionan Alegría Verdadera, que no pueden hacerlo porque siempre necesitan de alguien o algo más, y que en la necesidad no hay ni alegría, ni dicha ni por supuesto libertad.
Todavía no nos hemos dado cuenta que la VIDA (con todas sus letras) se encuentra en los pequeños placeres y en las cosas más nimias de nuestra cotidaneïdad. Entonces, volviendo al principio y cerrando el tema: Si es cierto (q lo es) que somos seres hedonistas y nos gusta el placer, ¿por qué no empezamos a darnos placer de un modo + consciente y realista?
El placer de la lectura, de un baño de sol o de salir a pasear, respirar profundo y sonreír sin más. De jugar con tus hijos o de disfrutar amasando un pan.
Los placeres del cuerpo son importantes, pero los del Alma -para mí- lo son aún más. ❤️ #autoestima #selflove