Vivir sin (con menos) Internet
Desde que no tengo acceso permanente a internet, veo como mi ansiedad ha disminuido y como mi atención y presencia han aumentado. Y no es que ahora tenga + tiempo que antes, sino que antes mal-gastaba mucho tiempo en internet. Y por internet entiéndase principalmente, redes sociales. Tanto por trabajo, como por ocio, como por vicio también.
Ahora, el tiempo que antes invertía en el 2.0, lo dedico -voluntariamente desconectada- a REconectar. Conmigo misma en 1er lugar. Mi atención está mucho más presente y el fijarla -en silencio- en la naturaleza que me rodea y ser consciente del milagro de la Vida, me vacía. Me devuelve energía. Me drena mi propia mierda.
Es como si ahora hubiera + ‘espacio’ en mi cabeza. O así lo siento yo. Siento que al no tener la radio todo el tiempo prendida, no existe apenas diálogo interior. Ni pensamientos en bucle. Y esto está bueno porque así genero MUY poco ruido. Y se agradece.
Lo más curioso, en este caso para mi, es que cuanto menos pienso, + ideas me vienen. Y SÉ, sin saber cómo, que esas ideas no son mías.
También me vengo pillando bastante seguido en pequeñas reflexiones que me llevan, inexcusablemente (es decir, S/excusa), a cuestionar y poner en duda muchas creencias que solía dar por hechas y en las que de verdad creía y que eran, además, los ‘pilares’ sobre lo que he construido por años, mi Yo.
Sin embargo, a día de hoy -y a día que pasa- veo como esos pilares van cayendo y como este cambio de frecuencia casi permanente me permite ver-ME como lo que soy; las dos caras de una misma moneda. La mía.
De hecho, al principio pensaba estar disociándome, y ahora me doy cuenta que era antes que estaba disociada. Es decir, mi mente y mi cuerpo, pocas veces coincidían. Mi cuerpo estaba pero mi mente ‘siempre’ andaba en otro tiempo; pasado, futuro o internet.
Y ninguno de esos tres lugares aporta paz o armonía, créeme.
Así que aquí estamos, desaprendiendo y reaprendiendo otra vez, con el fin de juntar esas dos partes de mi Ser.
#tobecontinued