Para mí, llegó por pura caUsalidad. Para les demás, por pura carambola.
Al principio se llamó Noa, luego Sombra y ahora la llamamos cariñosamente La Renga, aunque su nombre oficial es Selva y es una perra hermosa.
Y coja.
Y en este hecho, empieza su historia.
La idea de los criadores era venderla, como al resto de la camada, pero mira tú por donde que -aquí la doña- nació con una distrofia muscular en la piernita trasera e iba a necesitar operación, rehabilitación y muuuuucha paciencia.
Y claro, nadie estaba dispuesto a gastarse esa fortuna en una perra ‘defectuosa’, arisca y con semejante carencia…

El caso es que el criador la dio como parte de pago a un gaucho de la zona y cuando la mujer del gaucho vio la perra y le explicaron que era rottweiler… dijo que ni loca.
Así que el gaucho, desesperado, llamó a un amigo por si él conocía ‘a alguien’ que pudiera hacerse cargo de una perra -que iba a ser enorme y- que además, necesitaba MUCHOS cuidados.
Ese ‘alguien’ resultó ser Juancho y a las tres horas, Noa-Sombra-Selva ya estaba conociendo su nuevo hogar y a sus nuevos hermanos. Pocho y Sierra la miraban, la olían, sabían que había algo raro en sus andares pero no sabían bien bien qué.

Ahora, tres meses después, ya todos nos vamos acostumbrando a sus gemidos (cuando le duele), a las visitas semanales al veterinario, a los antiinflamatorios que la alivian por un rato y a los masajitos diarios para ayudarla a caminar bien.
Será un proceso largo y que se irá dando mes a mes, por ahora, yo lo sigo asimilando.
Y no hablo de su cojera, que me la trae al pairo, sino de que la Vida me traiga esta historia OTRA VEZ.
Si me veo con fuerzas un día de estos me pongo y me explayo (y así le doy salida a mi dolor acumulado) pero hoy la cosa no va de Ona (mi perra del pasado) sino de Selva, porque además hoy es su 5º cumple mes.
Así que… felicidades querida cachorra, cumples el mismo día que Juancho y también el mismo mes.
Solo con esto ya ven que casualidad-carambola… no es.