Las personas hipercerebraicas -como tú, seguramente y como yo, sin duda alguna- nos pasamos la mayor parte del día en el ático de nuestra mente; pensando, trabajando, planificando y ejercitando nuestro intelecto -constante-mente- con cualquier tipo de ANDO. Incluso cuando estamos descansando, muchas de esas actividades son puramente intelectuales o las acabamos intelectualizando (leemos, escribimos, miramos documentales, y móvil en mano… nos ‘relajamos’)

De ahí que hayamos normalizado el pasarnos media vida en modo rumiante y en piloto automático. De cuerpos presentes, pero desconectados. Viviendo ausentes en mundos paralelos e inventados que tienen cabida -única-mente- en nuestro imaginario.
Por eso necesitamos un chute de VIDA cada tanto…

para reconectarnos.
Para quitarnos el traje de zombies y sobre todo
para volver a ser Seres Humanos.

Las personas hipercerebraicas -como tú, seguramente y como yo, sin duda alguna- necesitamos que la Vida nos sacuda y nos ubique a cada rato para que no se nos olvide volver a estar presentes y a poner la mente en un segundo plano -especial-mente- cuando estamos descansando.

PD: y sí, a veces esos sacudones son bruscos y salen caros. Gracias por todos los mimos que me estáis mandando. Mi ojo y mi huevito de avestruz ya están nuevamente sanos 🙏🏼❤️🌿