Hoy hace un año que empezaron las obras de mi casa serrana. (mi no, nuestra, que también es de Juancho) En ese momento estábamos, o por lo menos yo, bastante cagados. Habíamos pinchado con el arquitecto pero con todo y con eso nos arriesgamos a seguir adelante y apostamos. Oficialmente sin planos.
Confieso que durante varios días pensé en bajarme del carro porque entre la inflación, la idiosincrasia del currante argento y la particularidad del emplazamiento… La cosa no iba tal como yo había imaginado. Y no es que todo estuviera en contra, pero sí que estaba poco a favor, nada estaba saliendo como decía la teoría y el mono loco de mi diálogo interior me gritaba día y noche ‘echa el freno y sanseacabó’
Pero no. NO di el paso. Sabía que era el miedo quien me hablaba y no le hice caso. Es más, hice todo lo contrario: CONFIÉ. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Confié porque recordé que esta misma coyuntura ya la había vivido en diferentes tiempos, contextos y formatos y porque ya aprendí que es lo que ocurre cuando te empeñas en llevarle la contra a la Vida y sus mandatos, así que esta vez NO nos emperramos y c o n f i a m o s.
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Junto a Juancho aflojamos las riendas y nos bajamos del caballo para ir adaptándonos a lo que desde ese momento, se ha ido dando. Lo curioso y lo bonito, y por eso lo comparto, es el darse cuenta que cuando unx suelta el mando y le devuelve el control a esa inteligencia suprema llamada Vida, las cosas se van dando. Los ‘cómos’ son de los más variopintos y por lo general nada que ver con lo que unx pueda haber imaginado, pero es así tal cual lo estoy contando. No me lo invento. Lo he vivido en carnes propias por mucho tiempo y en muchos formatos: Sincronías, caUsalidades, aprendizajes justos en momentos precisos -y exactos-… Realmente es muy flipante cuando sintonizas este tipo de frecuencia y ves la Magia actuando.
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Juan dice que a fines de este mes estamos dentro. Sería bonito. Y sino, paciencia. Nosotros de mientras, seguimos dis-frutando.
#micasaserrana