¿Sabes? A menudo olvidamos recordar que ni tú, ni yo ni nadie somos nuestro pasado.
En serio. TÚ NO ERES TU PASADO. Ni tampoco los errores o los fallos o las mil y una cagadas que te mandaste y sobre las que lloraste y de las que luego te pudiste arrepentir. No ERES eso. No eres ni ese dolor, ni esas lágrimas, ni ese sufrimiento… Y sí, un día estuvieron ahí y puede que todavía permanezcan en ti, pero dime una cosa ¿Qué te aporta nada de esto? ¿Acaso te hace sentir bien? ¿Te nutre? ¿Te sirve?
Seguramente no. De hecho, me juego lo que quieras a que NO, con sus dos letras potentes y rotundas.
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Anclarse a/en las heridas del pasado duele, y no solo eso, sino que también pesa, cansa, va a contracorriente. Y es más, ¡Quien no se equivoca algunas veces! Somos humanos, el error es inherente a nuestro estado de Ser, así que guarda la fusta con la que te castigas mentalmente y per-mí-te-te. Aunque sea SER un caos con patas por unos instantes, o unas semanas o incluso un mes, o dos, o tres.
✨Recuerda: nada es eterno, ni tan siquiera el caos. ✨Respira: deja que las cosas pasen, perdónate y date cuenta de que el pasado es solo un lugar de referencia, no está para residir en él sino para aprender de sus experiencias.
✨No te olvides: estamos en el camino, aprendiendo constantemente, tropezando, cayendo y levantándonos una y otra vez y recuerda sobre todo que TODA LUZ, TIENE SU SOMBRA TAMBIÉN.
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PD>> Este texto es la transcripción de un audio de whatsapp que le he enviado hoy a una amiga que se siente agobiada y perdida. Me ha dicho que le ha hecho bien, por eso lo comparto. Quizás tú también conozcas a alguien a quien le pueda ser útil… si así es, pásaselo o menciónale. 🙏🏼❤️ #compartirparacrecer