DAR SÍ, ¿Y RECIBIR?
El tercero de los pasos de la Ley de la Atracción es el de RECIBIR.
Sabemos dar, sabemos pedir, pero no hemos aprendido a recibir.
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Recibir es un acto de apertura y de amor hacia nosotras mismas y hacia quienes nos lo entregan, ya que al hacerlo, permitimos al otro que sea testigo de nuestras emociones y necesidades y por eso mismo, es que nos cuesta.
Nos cuesta mostrar nuestra vulnerabilidad.
Nos cuesta mostrar nuestras carencias.
Sabemos que al hacerlo, ponemos de manifiesto el estado de nuestra autoestima y desvelamos los viejos programas mentales que todavía llevamos a cuestas… Por eso no recibimos con los brazos abiertos sino con la sonrisa a medias, porque no queremos que nos vean tan de cerca. Preferimos un poco más de distancia porque así, no se nos ve la careta.
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Lo que no vemos, (o no queremos darnos cuenta) es que tras los ‘no deberías haberte molestado’ o los ‘esto es demasiado…’ se esconde un sistema de creencias que nos dice susurrando, que no somos dignos. Y tá, esa creencia nos aplasta.
Es decir, en el fondo -en nuestro inconsciente- creemos que no merecemos aquello que la Vida nos están dando. Y así, es como mareamos al Universo y resulta imposible que la Ley pueda dar ningún fruto como resultado.
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Ser agradecido con la Vida y dar las gracias honestamente a lo que se nos brinda (aunque no siempre sintamos estar recibiendo cosas buenas) es un primer paso para aprender a recibir y que así pueda seguir girando la rueda.
❤️