Des-almada. Gente que a priori diríamos que es mala, o cabrona, o inhumana. 
Y sí, puede ser (porque obviamente haberlas haylas) pero -para mí- son simple y complejamente, personas des-conectadas. Desconectadas de sí mismas, de la Vida en mayúsculas y de la Pachamama. 
Seres incapaces de sentir, de empatizar, de mirarte a los ojos y ver más allá de tu/su fachada. Personas des-humanizadas que esconden, bajo todo tipo de disfraces, su miedo más profundo e inconsciente a conmoverse, a compartir y a vibrar.
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De hecho, si te fijas, verás que por todas partes encuentras al típico prepotente, al distante, al que -a priori- va de libre y todo le da igual… Para mí, todos estos disfraces son corazas nada más.
Corazas-escudos que les impiden hallarse, verse y estar. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Por lo general, a esta gente la llamamos gentuza. Hay quienes los rechazan, hay quienes les desean la muerte y hay quienes les odian con toda la fuerza del mundo mundial.
Yo era una de ellas.
Odiaba a quien inflige cualquier tipo de mal ya fuera a otra persona o animal y me intoxicaba, a mí misma, con un asqueroso cóctel emocional.
Un día, no sé ni cómo ni cuando, me di cuenta de algo: EL ODIO ES INFÉRTIL. El odio nace del miedo, de la incomprensión, de la incapacidad del Ser Humano de Amar.
Y sí, suena raro, soy consciente de ello. ¿Cómo no odiar al que es incapaz de amar?
Con un truco simple y raso: Aceptando.
Porque -para mí, de nuevo- AMAR es ACEPTAR. Porque cuando acepto, comprendo que no todos estamos en la misma frecuencia vibracional.
Y sí, suena a místico, pero es que es así tal cual. Ahora, cuando miro a alguien des-almado solo veo una profunda desconexión intra e interpersonal. Y ahí no hay odio que valga, ni tampoco tristeza, ni tan siquiera ganas de mandarlos a cagar pq me he dado cuenta que hacer esto, es jugar el mismo juego que sufren y (en el que se pierden) estas Almas faltas de Humanidad.
Y ahí, -no se a ti-, solo me brota compasión, ternura en vena y mucha caridad.
#mismomentosahá